Se cultivan en zonas de clima templado, existen diversas variedades según la época de cultivo, los cultivados en primavera tienen una forma esférica; mientras que los que se cultivan en verano, son más grandes y alargados; pueden ser de color blanco, rojo o amarillo.
Tienen un alto contenido en agua, carbohidratos, calcio, magnesio, fósoforo, sodio y sobre todo en potasio i en vitamina A y C. Por sus propiedades, se recomiendan para evitar enfermedades articulatorias, hemorragias, asma, bronquitis, resfriados o enfermedades de las vias respiratorias. Asimismo, favorecen el hígado, evitan los desórdenes gástricos, la dispepsia, los cálculos en el riñón, los parásitos, la artritis y la obesidad.
Se suelen consumir crudos en ensaladas, aunque también se pueden cocinar.
