Proveniente de viñas que promedian los 70 años de edad y están arraigadas en una meseta pedregosa en la Crau, al sureste de su denominación, este vino se beneficia de un terroir único. Las viñas, rodeadas de una gruesa capa de arcilla y guijarros, imprimen carácter y profundidad a sus uvas.
La meticulosa vendimia manual garantiza la selección de los racimos más óptimos, seguido de un estrujado ligero y despalillado selectivo. En su proceso de elaboración, se opta por una fermentación tradicional que se extiende entre 30 a 40 días en depósitos de acero inoxidable y madera, cuidadosamente controlada en temperatura para extraer lo mejor de cada variedad.
La crianza, fundamental en la evolución de este vino, se lleva a cabo durante 20 a 22 meses en barricas de roble francés de 60 hectolitros, donde el vino adquiere complejidad y estructura, pero conservando su elegancia innata. Posteriormente, es embotellado sin clarificar ni filtrar, manteniendo así toda su autenticidad y carácter. Su evolución en botella promete alcanzar un equilibrio y una armonía exquisitos con el tiempo. Recomendado para aquellos que aprecian la paciencia en el disfrute del vino, este Châteauneuf-Du-Pape requiere de 3 a 4 años de guarda para revelar toda su grandeza, y puede brindar placer durante 15 a 20 años más, ofreciendo una experiencia de degustación inolvidable a lo largo de su longevidad.