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Detrás de cada tradición hay una historia, y detrás de cada Miguelito… también. La de los Miguelitos Ruiz comienza en el corazón de La Roda (Albacete), hace ya más de siete décadas, en una pequeña pastelería donde la pasión por la repostería y la innovación se mezclaban con el aroma del hojaldre recién hecho.
Hoy hemos estado con Eloy Avendaño Ruiz, director de marketing de la empresa, para conocer todo sobre estos dulces que han conquistado las carreteras españolas. Todo empieza gracias a la creatividad de Manuel Blanco, un pastelero rodense que disfrutaba experimentando con nuevos sabores y texturas. Un día elaboró un pastel de hojaldre relleno de crema que conquistó a todos los que lo probaban. Entre sus clientes habituales estaba Miguel Ramírez, un actor local que no podía resistirse a aquel dulce. Tanto insistía en preguntarle a Manuel cómo se llamaba el pastel, que el pastelero, medio en broma, terminó respondiendo: “Pues se va a llamar como tú: Miguelito.”
Así nació un nombre que hoy es sinónimo de tradición y felicidad.

Compra Miguelitos de la Roda en mentta
La empresa, sin embargo, no tardó en crecer. Fue en 1951 cuando el abuelo de Eloy abrió una panadería en el centro de La Roda, donde además de pan comenzaron a elaborar otros dulces. Con el tiempo, y gracias al cariño de sus clientes, el negocio fue ampliándose hasta que, en 1981, se inauguró la actual fábrica de Miguelitos Ruiz. Desde entonces, el obrador no ha dejado de innovar, manteniendo siempre el respeto por la receta original.
Delicias de hojaldre
Hoy, en sus instalaciones, además de los famosos Miguelitos, se elaboran tortas de gazpacho, bizcochos, magdalenas y otros productos tradicionales. La empresa ha desarrollado una completa estructura de producción, venta y distribución, lo que le permite llevar el sabor de La Roda a cualquier rincón de España.

“El secreto del Miguelito está en las vueltas que se le da a la masa (…) se trabajan las capas con paciencia hasta conseguir ese hojaldre ligero y crujiente que tanto gusta.”
A lo largo de los años, Miguelitos Ruiz ha ampliado su gama con nuevas variedades —de chocolate, nata, trufa, entre otras— que invitan a probarlas todas. Y aunque los tiempos cambian, el espíritu sigue siendo el mismo: conservar la esencia artesanal de un producto que forma parte del patrimonio gastronómico de Castilla-La Mancha. Detenerse en La Roda y comprar una caja de Miguelitos es casi una tradición. Como dice su lema, “Miguelitos Ruiz te hace feliz”, y basta un bocado para entender por qué.
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