Se acerca la Navidad, y con ella nuestras ganas de reunirnos a degustar algunos manjares que no estamos acostumbrados a consumir durante el resto del año. El marisco es uno de los productos más cotizados de esta época. Su aporte nutricional y su inigualable sabor lo sitúan en la lista de favoritos de las comidas navideñas. Pero, como siempre decimos, para poder apreciar más un producto debemos tratar de conocerlo bien. ¿Qué es exactamente y cuáles son los tipos de marisco? ¿Cuál sería una correcta clasificación del marisco? ¿Dónde podemos encontrarlo?
Si nos quedamos con el significado etimológico, “marisco” no significa más que “el que pertenece al mar”. Este concepto hace referencia a todos los animales marinos, invertebrados y comestibles. Aunque la variedad es incalculable –de hecho conocemos solo un 9% del mundo marino–, se clasifican en tres grandes grupos: crustáceos, moluscos y equinodermos. Veamos las principales características de cada uno.
Los crustáceos son artrópodos que poseen un exoesqueleto articulado (es decir, los diferenciarás fácilmente por su cáscara o caparazón), y suelen poseer extremidades birrámeas (sus patas se ramifican en dos). Encontramos el bogavante, buey de mar, nécora, centollo, langosta… pero también otras especies más pequeñas como las gambas, cigalas, percebes o carabineros. Los crustáceos componen esa variedad de marisco que se han de pelar en la mesa, a veces incluso con unas pinzas.
Dentro del grupo de los crustáceos, podemos identificar a qué orden pertenecen según su número de patas. El percebe, uno de los mariscos más cotizados en esta época, es un cirrípedo: vive fijo sobre los objetos sumergidos, mediante un pedúnculo o pata torácica en forma de cirro. Además, su intenso sabor a mar lo ha convertido en el rey de los mariscos.
No obstante, la mayoría de crustáceos son decadópodos, que a su vez se separan en dos órdenes: los que nadan, como los camarones (natantia) y los que marchan o reptan, como los centollos (reptantia).
Los moluscos viven en los fondos marinos o anclados a las rocas: se pueden reconocer fácilmente porque la mayoría tienen una concha. Los más populares en la gastronomía son los bivalvos, que cuentan con una concha de dos piezas o valvas (almejas, mejillones, chirlas, berberechos, coquinas…). Estos moluscos tienen una movilidad bastante reducida, pues suelen desplazarse únicamente con el impulso que generan al abrir y cerrar sus valvas.
También podemos encontrar gasterópodos, que son moluscos con cuerpo asimétrico, protegidos por una concha central, como es el caso del bígaro y la cañaílla. Algunos moluscos más populares como mejillones y berberechos se han convertido en imprescindibles para las cenas de Navidad. Podemos consumirlos al natural, con su propia concha, o en latas de conserva.
¿Y qué pasa con el pulpo? Aun existe mucha confusión en torno a la clasificación de esta especie. Pues bien, como ser marino, invertebrado y comestible, el pulpo tiene su lugar asegurado en la familia del marisco. Se considera un tipo de molusco octópodo, perteneciente a la familia de los cefalópodos (al igual que la sepia y el calamar, que son decadópodos).
Los equinodermos componen el grupo más desconocido de los mariscos. Aunque no todos los equinodermos son comestibles, algunos pueden ser un auténtico manjar. El más popular es el erizo de mar. Podemos encontrar varias preparaciones gourmet con este producto, desde un delicioso pastel de erizo hasta unas huevas frescas de erizo gallego.
Ahora que ya sabemos cuáles son los principales tipos de marisco y cómo se clasifican, solo nos queda hacer nuestra propia selección y disfrutar de todo su sabor en estas fiestas. Puedes encontrar una gran variedad de mariscos de calidad en nuestra página, que cuenta con productores y distribuidores expertos en la materia como Huelva Origen, Mariscos O Grove, La Despensa del Mar, Lonja de Ayamonte o Sampera. También puedes elegir tu mariscada preparada favorita, y leer más consejos para comprar marisco online en nuestra entrevista a La Despensa del Mar.
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